La finalidad de este
ejercicio consiste en valorar de forma práctica los elementos modificantes que
podemos encontrar en un plato, en este caso pequeñas flores silvestres que todo
y su apariencia de fragilidad tienen vocación luchadora, y como pudimos
observar tienen la capacidad de hacer crecer a los vinos más delicados y a los
más intensos de la variedad Pansa Blanca.
A menudo cuando pensamos
en un maridaje vamos a buscar el producto principal, y nos olvidamos de los
elementos modificantes, una salsa, una hierba aromática, un fruto seco, una
verdura o una flor entre tantos otros, también su textura es importante , y
evidentemente su cocción.
En este ejercicio nos
centraremos en las flores como elementos modificantes para entender cómo se
comportará el vino cuanto interactúe con la flor, y nos ayudara a ver porque
los vinos sin sulfitos son tan gastronómicos.
Los vinos que hemos
elegido son todos de la variedad Pansa Blanca, de la Zona de Alella, de
diferentes elaboraciones y de perfiles gustativos diferentes.
Los vinos escogidos fueron:
Bruel Espumoso de Alta
Alella
Marqués de Alella Pansa
Blanca
Foranell
Marfil Muy Dulce
Las Flores escogidas
fueron:
Orégano, Calaminta,
Tomillo, Hinojo, Aliso de Mar y Lantana.
Los maridajes los podemos
dividir en tres grupos:
Los maridajes de afinidad
donde los aromas y - o los sabores de las dos partes se acercan.
Los maridajes de
contraste, donde el gusto de las dos partes son opuestos.
Los maridajes de
complementariedad donde el gusto y - o los sabores del vino le aportan una
característica nueva al plato.
Bruel Espumoso de Alta Alella
Su primera impresión en
nariz, nos da la sensación de estar oliendo un gran Alella, con evolución y con
el añadido de los aromas de la segunda fermentación, buena madurez de las uvas
que muestran una gama aromática muy elegante, floralidad, miel, jengibre, piel
de cítricos, pomelo, frutos secos (pipas de girasol), manzana verde, pera,
levaduras y una sensación de mineralidad muy interesante. En boca es potente
cremoso y enmarcado por su fina acidez refrescante, una serie de elementos
oxidativos muy elegantes y un ligero amargor seductor, engrandece su recorrido,
y lo define claramente en madurez y frescura.
Con el Orégano nos resaltan los sabores
herbáceos.
Con la Calaminta hace un conjunto más
armónico, resalta la fruta y refresca.
Con el Tomillo, hace un conjunto más complejo,
resaltan las notas de manzana.
Con el Hinojo Modifica los anisados mas
vegetales hacia las notas de bola de anís.
Con el Aliso de Mar se expresa la floralidad y
las notas de miel.
Con la Lantana equilibra, le aporta frescura, aumentan
los sabores de hinojo y los herbáceos, haciendo un gran conjunto.
Marqués de Alella Pansa Blanca
En nariz recuerda a la
gama aromática de clima frío, hinojo, manzana verde, pero sin olvidar que nace
en el Mediterráneo. En boca es donde sorprende más por su densidad, frescura y
su mineralidad, así que encontramos unas sensaciones táctiles que se
contrarrestan, y que al mismo tiempo hacen que el recorrido en boca sea
espectacular y prolongado.
Con el Orégano resaltan los sabores herbáceos.
Con la Calaminta predominan los aromas mentolados
Con el Tomillo crece gustativamente y aporta
amargos.
Con el Hinojo se intensifican los anisados.
Con el Aliso de Mar Suben los sabores
herbáceos, la flor es más intensa que el vino.
Con la Lantana Gana con notas florales y
estira el vino.
Foranell
En Nariz es potente y
vivo, marcado por su carácter primario, su primera impresión, aparecen los
aromas compotados, seguido de notas de evolución.
En boca es fresco y
envolvente, con buena potencia aromática, que provoca un paso en boca grueso y
cremoso, donde podemos destacar un punto salino.
Con el Orégano se equilibran los aromas
oxidativos aportándole frescura.
Con la Calaminta se refresca el conjunto.
Con el Tomillo se observa un conjunto aromático
muy interesante los dos se ponen a la misma altura.
Con el Hinojo se incrementan los anisados y el
conjunto se equilibra.
Con el Aliso de Mar forman una pareja muy bien
compensada, y ambos mejoran.
Con la Lantana el vino parece más pesado.
Marfil Muy Dulce
La nariz nos ofrece un
conjunto de aromas espectacular con notas muy dulces de miel, orejones,
cítricos y algarrobas. La boca no es menos impactante, densa, dulce y ácida a
la vez, con mucho sabor. Final largo y acaramelado.
Con el Orégano se equilibran los oxidativos y
gana en complejidad.
Con la Calaminta le aporta complejidad y
frescura.
Con Tomillo el vino no cambia, se combina con las acetonas, dando
sensaciones resinosas.
Con el Hinojo los oxidativos se equilibran,
las sensaciones anisadas refrescan el conjunto.
Con el Aliso de Mar se suavizan los oxidativos
pero la flor queda en un segundo plano, en retronasal se equilibra.
Con la Lantana le da complejidad y frescura,
conjunto muy equilibrado haciendo un gran acuerdo.
Conclusiones:
Podemos
ver que en vinos de perfil más definido y limpio como en el caso del Marqués de
Alella Pansa Blanca, las interacciones son más bien de complementariedad
En el caso del Foranell
debido a que es un vino que no lleva nada de protección química añadida, sus
elementos oxidativos hacen que las interacciones sean de contraste y de
complementariedad y sobre todo la clave del éxito de esta combinación es que
parece que los dos productos en la mayoría de las veces se ayuden y acompañen
en su recorrido con la misma persistencia e intensidad.
En el caso del espumoso
Bruel de Alta Alella encontramos correspondencias de Afinidad y de
Complementariedad aportando más complejidad al conjunto, esto es debido a que
el carbónico provoca una reacción ácida en el tacto, al liberarse en la
superficie de las mucosas, que ayuda a extraer y a reforzar los aromas
florales. Por otra parte la vitalidad del vino al no llevar sulfitos, hace que
la interacción con las flores sea como en el caso del Foranell, sobre la
persistencia y la intensidad de sabores.
En el caso del Marfil muy
dulce, cabe destacar, que es el vino más intenso de todos, pero vemos que las
interacciones entre la parte del fruto secos y los oxidativos con las flores
son de contraste y de complementariedad, aportando en la mayoría de las veces
más complejidad y frescura al vino, y nos demuestra que la oxidación que es la
antítesis de la vitalidad de una flor, lo que realmente hace es de
estabilizador y de fijador de la parte más viva del conjunto.