sábado, 28 de julio de 2012

Georg Breuer Berg Schlossberg 1996


Estamos delante, la bodega que impulsó en los años 80 los vinos de calidad, mediante la VDP, que es una asociación de productores, que esta dentro de la denominación de origen. Bernhard Breuer, endurece la reglamentación, reduciendo rendimientos, buscando clones menos productivos y estableciendo grand crus, para mejorar la calidad de los vinos y desmarcarse de la legislación poco estricta de la denominación de origen, donde entre otras cosas, clasificaba la calidad de los vinos por su dulzor.
Nos encontramos en el Rheingau, situado en la parte derecha del Rhin, donde el rio que proviene de Alsacia, luego Palatinado y Rheinhessen, se encuentra con una montaña de cuarzo que le hace girar hacia la izquierda, dándole una exposición Sur, perfecta para la viticultura. Estas cuatro denominaciones, tienen algo en común y es que sus vinos muestran un peso de fruta madura superior, a otras denominaciones como el Nahe, o la Mosela.
La parcela de Berg Schlossberg, se asienta sobre una pendiente de pizarra y cuarcita, el tipo de suelo, y el buen drenaje del viñedo, hace que los vinos con los años, muestren aromas tan particulares como los hidrocarburos, los cuales, serán más evidentes en años cálidos. Quien diría, que estos aromas se pueden encontrar en los vinos. Para mi, es el estadio de maduración de un fruto. Quien no ha olido un kiwi, que se le pasó guardándolo en el frutero, o un mango. El problema radica, en que este aroma no sea el único que muestra el vino. Este, por su maduración en botella, ha empezado a mostrarlo de una forma clara, pero enmarcado con otros aromas, como la trufa blanca, el pomelo, la naranja sanguina, hoja de tomatera, melocotón en almíbar. En boca está marcado por su evolución, pero su buena acidez, nos indica que el vino todavía no esta cansado, un gran recorrido, que sin duda no deja indiferente, empieza potente, fresco, sedoso y grueso y su intensidad va disminuyendo lentamente, para dejarnos pensar en la belleza de un paisaje austero.  



miércoles, 18 de julio de 2012

Marqués de Riscal Gran Reserva 1945


Aparentemente es un vino con la evolución, de una larga crianza, pero cuando ahondamos en sus entrañas, vemos algo más... la grandeza de una añada, la qual, en su día no fue designada como tal, por sus problemas de heladas. Se mantiene vivo y grande, es intenso y amplio. La fruta pasa, juega con las especies, las notas terrosas y da la misma sensación que cuando olemos un jerez muy viejo y sentimos la concentración de sus aromas, como cuando reducimos una salsa para intensificar su sabor, cacao, café, trufa negra, hoja de tabaco, y ese punto mentolado que sin duda, es la herencia que le dejó la Cabernet Sauvignon, que en esa época su composición rondaba en un 70%.
En boca nos confirma su perfecto estado de salud, con esa suave acidez, que junto a sus taninos todavía perceptibles, han mantenido a este gran vino, elegancia, profundidad y persistencia. Sus aromas se mantienen en su gran recorrido, con finura, y en su final, nos deja sensaciones de los amargos de los taninos y se desvanece lentamente entre aromas de regaliz, trufa negra y ciruela pasa. 
Es emocionante, ver como el tiempo para algunos, pasa tan despacio. Eso te hace comprender que la excelencia de las añadas solo las tendría que calificar el tiempo.


sábado, 14 de julio de 2012

La Landone 04 E. Guigal A.O.C. Côte-Rôtie

Es uno de los tres vinos insignia de la bodega. Es la parcela de Guigal, situada mas al norte, en la Cote Brune, con suelos limo arcillosos, muy ricos en óxido de hierro, que le aportan al vino mucho mas carácter y dureza, y sus taninos acostumbran a ser mas marcados, que en la Cote Blonde, que con suelos calcáreos aportan mas finura al vino, de ahí sale la Mouline, que es el mas fino de todos. En la Cote Brune, también encontramos la Turque, que se situaría en lo que a estructura de vino se refiere, entre los otros dos, se dice que es la mas Blonde de Brunes. La Landone a parte, tiene un gran valor sentimental para su elaborador, Philipe Guigal, ya que su padre, Marcel la planto en 1975 cuando nació Philipe.
Esta elaborado con la variedad Syrah 100% a diferencia de las otras dos, que llevan un porcentaje de Viognier.
Uno de los secretos del éxito de la bodega, es que tienen su propia tonelería y pueden controlar mejor los tiempos de secado de sus duelas.
En nariz se muestra amplio y potente con un fondo de especies muy elegante, la madera lo acompaña pero no lo dirige. Fruta negra, mentolados, cacao, café, ciruela y yerbas aromáticas como el romero y la algarroba.
En boca es poderoso, con un ataque contundente y con buen recorrido, su tanino es  elegante, un vino que se deja ya beber, todo y su gran potencial de guarda, la estructura del vino se funde con las notas de madera y le dan consistencia al vino. Me gusta la Syrah en todas sus facetas, desde la más especiada hasta la más carnosa, esta ha sabido integrar el mejor de cada una, en un resultado muy elegante.