Cuando abres una carta de vinos y recorres las
referencias del Priorato, te pasan por la mente fotogramas de su estilo,
potencia, Sol, madurez, austeridad, mineralidad, carnosidad, dureza, alcohol,
sufrimiento. Sin embargo, cuando uno pisa las viñas viejas del Priorato, respira
la grandeza de su porvenir y mas aun, si uno, tiene la oportunidad de probar el néctar
de sus, a menudo minúsculos viñedos viejos de Porrera, mostrándonos fluidez,
frescura, emoción, sensibilidad,
historia y sabiduría. Sobretodo por el cambio de dirección y de estilo que
algunos jóvenes, estan realizando, para encontrar el espíritu del Priorato. Sabemos que los monjes de la Cartuja de Escaladei, ya hacían vino en el
siglo XII, pero cuando abandonaron el Priorato en el 1835, se llevaron con ellos
muchos de sus conocimientos. Por lo que todavía, falta por descubrir, parte del potencial del Priorato y el margen
de cambio en su tipicidad. Cambios, como
cuando para buscar frescura en la garnacha, deciden hacer la poda en marzo, o rechazar
la maduración fenólica, para vendimiar por su contenido en tartárico y el mas importante... el vino de parcela. Evidentemente hay grandes diferencias entre añadas, lo cual nos ayuda a entender su tipicidad. La ventaja de la
Cariñena es su acidez, por lo que la hace capaz de responder bien, delante de añadas calurosas
y frias. Como el Pigat, una parcela con plantaciones de Cariñena y Garnacha en
los años 1905, 1910, 1950 y alguna mas recientemente. Con diferentes
exposiciones, pero en gran parte encarado hacia el Nordeste.
Tuve la oportunidad de probar la cariñena del 2000, 2008
y 2009, pertenecientes a la mezcla de cariñenas del Cims de Porrera, que Marc y
Adrià Perez elaboran admirablemente desde el 2004.
El 2000 fue una añada calurosa, pero el vino se mantenia
fresco y vivo sin dar motivos a pensar, que el vino tenia 12 años y provenia de
un año calido.
El 2008 fue una añada fria y se mostraba fresco, floral, especiado, con una finura muy elegante, pero con la fuerza y el recorrido de un
gran vino, y lo mas interesante, ese carácter salino, sinónimo de mineralidad, que se deja ver con mas facilidad en años fríos.
El 2009 fue una añada gruesa y poderosa y mostraba la
madurez de su fruta, con peso y carnosidad, pero siempre enmarcado por su acidez
y su gran recorrido.
Hay mas parcelas en Porrera con gran potencial, que todavía no se elaboran por separado, como La Tena, que pertenece a Clos Dominic, o La Rosa, que pertenece a Vall Llach. Algún día os aseguro que alguna la veremos embotellada.
Hay mas parcelas en Porrera con gran potencial, que todavía no se elaboran por separado, como La Tena, que pertenece a Clos Dominic, o La Rosa, que pertenece a Vall Llach. Algún día os aseguro que alguna la veremos embotellada.